Os voy a dejar esta receta que hago muy a menudo, ya que me trae tanto recuerdos de niña como de mi año viviendo en Francia.
Esta receta la tengo gracias a mi amiga Miriam que fue quién me la enseñó, se puede utilizar tanto para hacer crêpes dulces como salados.
¡Allá vamos!
Ingredientes:
- 3 huevos
- 1 vaso de leche
- 4 cucharadas grandes de azúcar
- 1 cucharada sopera de mantequilla o margarina
- Harina la que admita ó unas 7 cucharadas soperas
- 1 chorrito de coñac o cualquier licor que os guste
Preparación:
Ponemos en un bol los huevos, la leche, el azúcar, la mantequilla derretida, el chorrito de coñac y batimos todo. Aunque tengo un robot de cocina, normalmente lo hago con unas varillas a mano. Cuando está todo mezclado incorporamos la harina y seguimos batiendo hasta que la mezcla quede homogénea y ligera. Si tenemos tiempo y tamizamos la harina mucho mejor para que no se hagan grumos.
Una vez tenemos una masa de crêpes preparada, ponemos una sartén o crepera a calentar al máximo y luego le bajamos. Un truco para que los crêpes no se peguen y podamos darles la vuelta fácilmente es poner un poquito de mantequilla o una gota de aceite en la satén y extenderla bien con un trocito de papel de cocina o una servilleta por toda la sartén.
A continuación, echamos dos cucharadas de la masa en el centro de la sartén y hacemos movimientos circulares con la muñeca para que se esparza bien. Cuando veamos que la masa pasa de líquida a sólida le damos la vuelta, si no os atrevéis con un golpe de mano pues con una espátula, pero es más divertido el verlas subir y bajar en el aire.
Una vez listas, hay que emplatar y servir como más os gusten ya sea con mermeladas, siropes, nata, chocolate, nocilla o nutella, miel, o salados con foi, jamón york, salmón ahumado. En fin, están riquísimos con todo, solo hay que echarle un poco de imaginación.
En está ocasión los hice con la crepera eléctrica que me regalo mi novio por mi santo.
Ciao!!
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